-¿Hasta qué edad estuvo en el campo?
Hasta los 10 años aproximadamente. Veníamos a Pringles generalmente en auto, si bien no había muchos, siempre había un auto o una camioneta disponible para traer a la gente que estaba allá en el campo, a realizar compras o diferentes trámites.
-¿Qué recuerda de aquella época?
Por ahí te acordás de alguno que había estado de compañero en la escuela. Pringles era más campo que ahora, que se ha poblado bastante. La estación Roca era más importante porque el ferrocarril movía muchas cosas. Los pueblos se mueren cuando muere el ferrocarril y eso es lo que está pasando desde hace tiempo, desde que el ferrocarril dejó de pasar.
-¿Cómo surgió con el tiempo la idea de plasmar todas estas historias y anécdotas de la zona de "La Sortija"?
Uno se va acordado siempre de las cosas, de pronto te das cuenta que la memoria también falla, por eso decidí ir escribiendo las anécdotas, una por una, para que todos conocieran las historias de "La Sortija". Después con la facilidad de una computadora, de manejar un procesador de texto más o menos bueno, lo transcribí.
-¿Hace cuánto que comenzó?
Hace cosa de 6 o 7 años y después lo editamos con una gente que encontramos en Tandil, que fueron muy eficientes, quienes se encargaron también de la impresión y encuadernación de los ejemplares.
-¿Cuándo le llegaron los ejemplares?
Hace una semana aproximadamente me los trajeron y tengo varios que tengo que regalar, sobre todo a gente que me ayudó, contándome anécdotas o también a conocidos de la zona, después los otros se van a vender.
-¿Con cuál de todas las anécdotas que están plasmadas en el libro, se quedaría?
Con todas, pero en especial con una de las primeras, donde cuenta cómo arrancó la idea de plasmar las mismas en este libro.
-¿Hay gente todavía en "La Sortija"?
Quedan pocos, no tengo idea en números, cuántos habrá actualmente. Sin dudas son mucho menos que los que había cuando era chico, será la cuarta parte. En aquellos tiempos la gente se instalaba en el campo, porque no había muchos medios para viajar. Tengo un hermano y una hermana que son menores que yo, que recuerdan mucho de esta zona, a quienes estoy esperando para darles el libro y que me ayuden a recordar algo más.
-¿Antes de este libro, alguien había escrito algo referido a "La Sortija"?
Lo único que leí una vez, fue una carta de un médico, que se fue a Europa, que le escribió esta carta a un amigo mío, venía escrita muy bien a mano y con fotografías, no eran exactamente del mismo tema, pero parecidos, donde hablaba de los inmigrantes.
-¿A las fotos cómo las fue recopilando?
Esas las he ido sacando yo, otras la han sacado personas que en su momento pasaron por allá y las demás, han sido escaneadas de diferentes archivos o libros de la historia de Pringles.
-¿Cuándo estuvo por última vez en el paraje?
De vez en cuando voy, cuando me llevan y es muy lindo siempre poder volver. El campo es lo mismo, lo que no hay, es tanta gente como había antes y la gente también vive distinto.
-¿El sector de la estación, está abandonado?
Sí, se han robado todos los galpones, han vendido los rieles, levantaron todo. En el Quequén hay un puente de fierro muy parecido al de Pringles. Cuando había inundaciones, íbamos a buscar víveres a "La Sortija", y estaba tan crecido el arroyo, que había que pasar por el puente de fierro, a caballo de tiro, íbamos a comprar, después se pasaba todo a un carruaje y volvíamos, y quizás, estábamos un día entero dando vueltas, solo para hacer las compras.
-¿Había un solo almacén?
No, en aquellos tiempos había tres almacenes, había bastante población, y antes que llegara el ferrocarril, se habían instalados muchos colonos.
-¿Había muchos inmigrantes en esa época?
Todos somos inmigrantes, o nietos de ellos. Mi abuelo era un inmigrante. Venían en carruajes, porque el tren todavía no estaba.
-Usted también fue uno de los fundadores de la Escuela Agrotécnica: ¿Cómo surgió esta idea?
Es una idea de Rubén Arostegui, que se conectó con la curia, lo animaron mucho, y me invitó a ver si hacíamos el grupo y la escuela comenzó a funcionar, aún cuando no estaba habilitada.
-¿Llevaron mucho tiempo todos eso trámites?
Fue muy rápido, había un gobierno ágil con la burocracia, se armó muy rápido, provisorio, y después siguió.
-¿Alguna vez pensó que iba a llegar a ser tan grande la escuela Agrotécnica?
Sí, siempre hay que pensar en grande
-¿Se maneja bien con la computadora?
Sí, la utilizo mucho, sobre todo para ver noticias. El cerebro es como un músculo, si no vas al gimnasio, no sirve, así que a la cabeza hay que darle trabajo, y hacerla funcionar, y es una forma de vivir mejor.