El pasado 31 de Agosto se conmemoró el Día de la Obstetricia y la Embarazada.
La Obstetricia es una especialidad médica que se ocupa de acompañar a la mujer en su embarazo, parto y puerperio. La atención que brinda el médico comprende también aspectos psicológicos y sociales de un período tan especial como es la maternidad, por lo cual la calidad humana del obstetra, es tan importante como su experiencia profesional. Las consultas periódicas son muy importantes porque además de los controles para evaluar la salud y el desarrollo del embarazo, permiten aprender sobre la llegada del bebé.
Sobre esta fecha, San Ramón Nonato, nacido en Lérida, España, en el año 1204, debe su nombre al hecho de que fue extraído con vida del vientre de su madre, muerta el día anterior. Sacerdote de la orden de la Merced, dedicó su vida a la redención de los cristianos cautivos y llegó a ser nombrado Cardenal por el Papa Gregorio IX. En relación con las circunstancias de su nacimiento, este santo fue elegido patrono de las obstétricas, parturientas y embarazadas, celebración que recae en el aniversario de su muerte, ocurrida el 31 de Agosto de 1240.
En nuestra ciudad, Andrea Cayssials, es una reconocida obstetra que tiene amplia trayectoria en esta profesión, la cual desempeña con gran vocación y en Perfiles de este domingo, cuenta cuáles fueron sus primeros pasos, se refiere a lo que más le gusta de su trabajo y también nos describe de qué manera están trabajando en el marco de esta pandemia por el COVID-19.
-¿En qué barrio te criaste?
Nací en Coronel Pringles, vivíamos en el campo, mi crié en una chacra hasta los cinco años, después nos vinimos a la ciudad. Soy de una familia de 8 hermanos, cinco varones y tres mujeres.
Hice mi secundaria en la Escuela Agrotécnica, porque me encanta el campo y la naturaleza, y después cuando tenía que determinar qué era lo que iba a seguir estudiando, me gustaba mucho medicina y neonatología, pero sabía que cuando me fuera a estudiar iba a tener que trabajar, y medicina no es compatible con un trabajo, porque es 100% estudio. Entonces busqué algo medio parecido y que quizás no fuera tan largo y ahí encontré obstetricia. Me anoté en la Universidad de Buenos Aires para seguir la carrera de Obstetra, que en ese momento era obstétrica, después se amplió la currícula y pasó a ser una licenciatura, hice la compensación curricular con el título de Licenciada en Obstetricia.
-¿Por qué te llamó la atención en particular esa carrera?
Cuando agarré la guía del estudiante, en esa época cuando estaba en quinto, que no tenés ni idea para qué lado vas, estaba la Licenciada María Luz Gonzáles trabajando en la escuela y nos hizo un test. A mí me salían siempre las humanísticas, si bien a mí me gustaba la naturaleza y el campo. La verdad me anoté en obstetricia, pero no era que sabía muy bien lo que era. No tenía ni idea lo que significaba ser una obstétrica, ni el trabajo que era, jamás me lo plantee. Me di cuenta en el 1° año lo que significaba, porque cuando arrancás a cursar la carrera, en el segundo cuatrimestre empezás con guardias, y el día que me dejaron en el Hospital Fernández a las 2 de la mañana esperando que viniera alguna paciente, ahí entendí lo que era la obstetricia y de qué se trataba.
No me anoté en una carrera que amaba, pero lo hago con mucho gusto, y siempre cuando los chicos me preguntan por las carreras a seguir, les digo que lo importante es hacer lo que les gusta, porque por ahí te llaman a las 3 de la mañana y si no te gusta, es un garrón, porque se lo trasmitís al otro, quien necesita que vos estés dispuesto. Levantarte todos los días a hacer un trabajo que no te gusta, no es vida, es desagradable.
Igualmente tuve algunos momentos en que dije me quiero volver, el sistema es medio perverso y te hacen sufrir, ni siquiera nos dejaban quedarnos dentro de la maternidad, nos hacían dormir sentadas en un pasillo, el Fernández hoy está lindo, pero en ese momento era feo, frío, nos quedábamos en una sala de espera, nos daba miedo, pero la verdad que estoy contenta y trabajo cómoda y feliz con lo que hago.
- ¿Empezaste a trabajar directamente en Pringles?
Cuando me recibí en diciembre del 2003, por suerte en el hospital que hacía prácticas estaba la Directora de la carrera, tuve suerte de formarme con la líder de la Universidad de Buenos Aires. Sabía que me quería venir a Pringles, porque Esteban era chiquito y nos habían asaltado un par de veces, no la estaba pasando bien. Tuve una entrevista con la Doctora Sol, mientras estaba haciendo las prácticas y en febrero del 2004 me llamaron para volver a trabajar, justo había una licencia por maternidad, así que me recibí en diciembre y en febrero ya estaba trabajando en Pringles.