“Nos tuvimos que adaptar al bolsillo de la gente”
ECONOMÍA EN TIEMPOS DE CUARENTENA
Así lo aseveró Virginia Grondona, propietaria del "Carrito Naranja", quien se refirió a cómo debieron reinventarse en esta cuarentena, cambiando los menús que ofrecen a través del sistema de delivery.
En esta cuarentena por coronavirus, uno de los rubros más golpeados fue el de la gastronomía y sus derivados y si bien desde hace un tiempo pueden vender vía delivery, incluso ni con este servicio, pudieron obtener las mismas ganancias que tenían hasta antes del comienzo de la cuarentena. "A nosotros, ni bien comienza la cuarentena, nos informaron desde la Municipalidad que no se podía sacar más el carro, así que comenzamos a trabajar con el delivery y nos enfocamos más a los fines de semana. Dejamos de trabajar los días de semana, y nos abocamos a elaborar como siempre panchos y hamburguesas para vender por delivery y las dos primeras semanas nos fue muy bien, no igual que estando en la plaza, pero teníamos unos 10 pedidos por día. Pero a partir de la tercera, la venta decayó, y teníamos uno o dos pedidos. Entendimos que era la situación económica que estaba afectando a la gente y nadie quería gastar $ 150 en una hamburguesa, siendo que con ese dinero, quizás se podían hacer un guiso", explicó Virginia Grondona, propietaria del "Carrito Naranja", que hasta antes de la cuarentena solía estar en la plaza Juan Pascual Pringles vendiendo panchos, y hamburguesas, entre otros alimentos.
Es así que ante la caída de las ventas por delivery, los propietarios de este carrito, debieron reinventarse sobre la marcha y en este caso les salió bastante bien, ya que cambiaron de menú y los clientes comenzaron a comprar nuevamente, volcándose a esta nueva opción. "Después de la caída de las ventas, decidimos cambiar el menú y no hacer más panchos, ni hamburguesas y en este caso, ofrecer pollos arrollados o pollos a la parrilla enteros con papas fritas a un valor de $ 550 y tuvo rápidamente más aceptación porque no era lo mismo comprar dos hamburguesas y dos conos de papas que costaban $ 600, que un pollo entero con el cual comen más personas, practicamente al mismo precio. Nos tuvimos que adaptar al bolsillo de la gente y a nuestro bolsillo también, porque si seguíamos de la misma manera, no íbamos a poder trabajar. A los pollos los hacemos solamente los sábados por la noche a pedido hasta las 18 hs, aunque igualmente siempre tiramos en la parrilla dos o tres más porque a último momento siempre aparece alguien que quiere comprar. Del envío nos encargamos nosotros, así que es gratis, el cliente no paga un centavo por recibirlo en la casa. Desde este sábado agregamos otra opción que es la carne asada, tapa de asado con papas fritas de a medio kilo o por kilogramo y la vamos piloteando de esta manera y sobre la marcha haciendo ajustes y presentando diferentes opciones que le sirvan, tanto a los clientes como a nosotros", aseguró la pringlense.
Para finalizar, Virginia señaló que trabajan con todas las medidas de seguridad requeridas por el municipio a la hora de elaborar los diferentes menús. "Siempre trabajamos bajo todas las condiciones de seguridad y con todos los requerimientos que se solicitan para trabajar bajo la modalidad de delivery, esperemos que pronto pase todo ésto y podamos volver a reencontrarnos en la plaza como antes con el carrito", deseó.
De esta forma, los diferentes rubros continúan reformulándose para tratar de seguir adelante y verse afectados lo menos posible, ante esta situación.