Felipe Flores es un "personaje urbano" de Coronel Pringles  muy querido por toda la comunidad, ya que a lo largo de su vida, realizó diferentes eventos solidarios y otros para presentar réplicas de cohetes de la Nasa, que hacía a la perfección. Fue de los primeros que promovió las barrileteadas, conformó tres grupos musicales, incluso uno de música cristiana. También fabricó un ala delta casero, con el cual voló durante un buen trayecto. También sufrió la pérdida de un hijo, por el cual hizo de todo para que prolongara su expectativa de vida.  Hoy se encuentra en Saldungaray y logró ser piloto de paratrike, pudiendo concretar su sueño de volar.

Felipe Fernando Flores nació en Coronel Pringles el 24 de marzo de 1978 y desde pequeño tuvo la ilusión de volar. La vida nunca le resultó sencilla, ya que proviene de una familia humilde, y  a lo largo de sus 42 años, ha tenido que atravesar por diferentes situaciones, muchas de ellas nada agradables, como fue la pérdida de un hijo, entre otras tantas. Es así que "El Diario de Pringles" entrevistó  a Felipe para realizar un repaso por su vida, donde hizo de todo.  

-¿Cómo fue tu vida de niño?

Desde chico siempre  tuve el sueño de poder volar y lo  pude cumplir de  grande. Me crié en una familia humilde en el barrio de la estación Roca. Era el "loquito" de la familia por estas cuestiones de querer volar. Siempre iba al Aeroclub,  al hangar de Bustos y Lageyre, pero esa imposibilidad de poder volar, me llevó  a que,  a medida que fueron pasando los años,  fuera realizando diferentes eventos relacionados con ésto.  En el año 1982 en la época de Malvinas vi pasar muchos aviones por mi casa y eso me marcó mucho,  ya que nunca me olvidé de esa imagen. Después pasaron los años y terminé la primaria en la Escuela Nº 22, estudié soldador oficial por arco eléctrico. Tanto yo como mis hermanos desde muy chicos tuvimos que salir a trabajar para ganarnos el pan. A los 14 años pedí trabajo y entré  a trabajar de banderillero en el Aeroclub y ya poder estar al lado de los aviones para mí,  era un gran logro.

-¿Realizaste el servicio militar?

En el año 1997 me tocó realizar el servicio militar obligatorio en Pigüé, donde estuve dos años, que fue también de gran enseñanza en la vida. Fue algo muy lindo estar en el ejército, ser soldado militar me encantó y no pude seguir porque no había terminado los estudios secundarios.

-¿Cuándo pudiste volar por primera vez?

Pude concretar mi primer vuelo con Juan Di Paolo,  que fue el que me llevó  a volar por primera vez. Después mi querido amigo Jorge Saralegui,  que ya no está entre nosotros, me compartió un poco de su experiencia y de su pasión por el aeromodelismo y esa fue otra de las cosas que después con el tiempo hice. "Coco" Boccanera también me llevó  a que me metiera de lleno en el aeromodelismo.   Fue así que hice en su momento maquetas de aviones, artesanías y piloteaba aviones a control remoto. Ahí fue surgiendo de a poco, el tema de hacer las réplicas de los cohetes espaciales.  

-Realizaste diferentes eventos relacionados con réplicas de cohetes de la Nasa, ¿Contanos sobre ésto?

Siempre me sumé a la realización de eventos solidarios o barrileteadas para incentivar a los chicos a fabricar su propio barrilete y así con el tiempo fue surgiendo lo  demás.  Siempre me gustó ayudar y colaborar con quienes precisaban. Y así fue que observando mucho en internet y leyendo mucho, me interioricé en las características de los cohetes más importantes que lanzó la Nasa y se me ocurrió hacerlos en escala para  exhibirlos ante la gente de Pringles. Entre ellos,  recuerdo el primer  evento que hice con mi hermano Josías que era chico, cuando solté una cápsula con un barrilete en el Boulevard Uruguay y Avenida 25 de Mayo y fue muchísima gente, lo que  me llamó mucho la atención. Ese día me falló la presentación, pero los niños y la gente me apoyaron igual y desde ahí me impulsaron a seguir haciendo cosas. Después fui a visitar a mi hermana,  que en ese entonces vivía en Punta Alta y llevé un ejemplar de "El Diario de Pringles" con la nota que me hicieron de esta presentación y allí me hicieron una nota de Canal 4 y me propusieron  que hiciera el mismo evento en aquella localidad.  Fue así que  lo hice y  salió todo a la perfección y aún estaba mi hijo Felipe con vida acompañándome y eso fue muy importante para mí.  Pasado el tiempo y una vez que falleció mi hijo, dije que tenía que terminar aquello que había comenzado cuando él aún estaba con vida y fue así que hice la réplica del cohete Apolo XIII. Quise hacer una presentación en Pringles,  pero en dicho momento desde el Municipio no me otorgaron permiso. Después hice la réplica del cohete Saturno y ahí sí pude hacerlo con público y recuerdo que la gente de Pringles me acompañó nuevamente de gran manera. 

¿También fabricaste un ala delta casero y lo volaste?

En Pringles se hacían vuelos de Bautismos y yo quería volver a  volar como lo había hecho a los 15 años, pero no se daba la oportunidad y no tenía dinero para dedicarlo a eso, ya que tenía que utilizar el dinero para subsistir. El anhelo de volver a volar,  era algo que vivía día a día en mi pensamiento.  Es así que decidí fabricar algo para poder volar y le comenté esta idea a la familia de mi padre. Me puse a investigar en internet y bajé los planos parta hacer un ala delta y recuerdo que en Canal 2 y en  "El Diario de Pringles" me hicieron la nota y al día siguiente realicé  un vuelo para las cámaras, donde lograba impulso,  al ser  tirado con una moto. Después lo hice frente al público y si bien levanté varios metros de altura, no pude mantenerme en vuelo. El ala delta,  lo había hecho con caños de PVC y todo con materiales artesanales y quedé conforme porque pude volar con algo que había construido  en mi casa. Con el hecho de haber podido recorrer varios metros en el aire, para mí fue suficiente.  

-¿Cómo fue tu incursión en la música?

Cuando tenía 22 años,  no tenía ni idea de la música, ni sabía tocar ningún instrumento,  ya que nunca había tenido la posibilidad de aprender  a hacerlo.  Estaba en la casa de un amigo, Gabriel Varela, que siempre me ayudó mucho y estaba un sobrino de él,  que había hecho un instrumento casero, entonces empezamos a probar en mi caso tocando los timbales y así armé  el grupo de cumbia cristiana denominado,  "La 19". En su momento creí que no íbamos a ser aceptados porque no tocábamos temas conocidos, sino que eran temas de cumbia que tenían que ver con la religión.  Con el tiempo se disolvió la banda y  comencé a practicar con un teclado chiquito y aprendí a tocarlo solo y así armé el grupo denominado "La 22" porque muchos de sus integrantes, vivían en calle 22. Realizamos muchas presentaciones y la gente nos seguía hasta que falleció mi hijo y estuve mal durante un buen tiempo y  me alejé de la música porque entré  en un cuadro depresivo porque  no había nada que me sacara de ese duro golpe,  tras lucharla durante 6 años con mi hijo. Un  día lo fuí a despertar a la mañana y lo encontré sin vida, fue un golpe durísimo para lo cual nadie está preparado. Encima estaba solo, ya no me encontraba con mi mujer y así estuve, durante al menos 6 meses. 

¿La pérdida de tu hijo, fue el golpe más duro que tuviste en la vida?

Sufrí muchas situaciones malas en la vida, donde la peor de todas, fue la pérdida de  mi hijo  Felipito, quien nació en el año 2003 con parálisis cerebral y al cual le habían diagnosticado tan solo 9 meses de vida. Me quedo tranquilo por haber hecho todo lo posible e incluso lo imposible para prolongar su expectativa de vida y así fue,  ya que al menos pudo vivir hasta los 6 años.  En muchas oportunidades estuve  en el hospital internado con él, hice  dedo decenas de veces para viajar  a la madrugada para poder llevarlo a Buenos Aires para que lo atendieran y muchas veces vecinos de Pringles me llevaron. Fueron años difíciles,  ya que lo tuve que llevar a muchos hospitales de la región como a Coronel Suárez, Mar del Plata, Bahía Blanca, por todas partes porque la luché en todo sentido para que mi hijo pudiera  vivir lo máximo posible, a pesar que  su situación era irreversible.

-¿Cómo lograste superar esta gran pérdida?

Un buen día me dije que tenía que seguir con mi vida y fui al Municipio y hablé con una señora muy amable, en este caso Anahí López, quien me dio una mano para poder salir adelante y ella me insistió para que regrese con el grupo y así un día volví junto a "La 22". Muchos años después cuando nació mi otro hijo,  el cual también se llama Felipe, conformamos la última banda con integrantes de "La 19" y "La 22" y la denominamos "El Otro  Felipe".  Tocamos en plaza San Martín, en la plaza principal, en el Balneario Municipal y en muchos otros lugares.

-¿Le dedicaste un tema a tu hijo fallecido?

Sí, le escribí una canción, que es muy linda y que la di a conocer en su momento, pero quería que fuera un recuerdo hacia él y sentía que lo tenía que hacer. 

¿En una oportunidad también fuiste guía de un grupo de arqueólogos que vino de La Plata en busca de pircas en Sierra de la Ventana?

Sí, recuerdo que vinieron a estudiar las tumbas de los indígenas y yo sabía dónde se encontraban las pircas,  que son estas piedras alargadas que están incrustadas en el suelo en forma vertical y que los indígenas la disponían así en el lugar en el que enterraban a los muertos.  Los guié porque conocía mucho el sector y por suerte,  eso también fue algo lindo que me queda de recuerdo en la vida. 

-¿Estás conforme con tu vida?

Yo pasé quizás más cosas malas, que buenas durante mi vida, no ha sido  nada fácil para mí, porque tuve muchos golpes, más allá de la pérdida de seres queridos, pero lo importante es poder salir adelante ante las adversidades. En mi caso, siempre me tocó trabajar y hoy en día sigo trabajando de lo que sea, en este momento estoy en el campo sembrando, pero he hecho de todo y si tengo que salir a barrer calles mañana,  también lo haría sin ningún problema. Hago trabajos de  albañilería, he hecho hornos de barro, fogones, incluso levanté mi propia casa en Coronel Pringles.  

-¿Se puede decir qwue cumpliste tu sueño de poder volar?

Quiero agradecer al piloto instructor Claudio Schumager porque si no fuera por él,  nunca podría haber podido cumplir mi sueño de poder volar.  Actualmente  he realizado unos 37 vuelos hasta la fecha y realmente la sensación de libertad que siento cada vez que puedo volar, sobre todo en el sector de las sierras, para mí,  es algo impagable. 

-¿Querés  enviarle algún mensaje a la comunidad de Coronel Pringles?

A los pringlenses no tengo más que agradecerles por el acompañamiento que me brindaron en todo momento, y por apoyarme en todas "mis locuras", ya que muchos piensan que soy un loco por hacer todo lo que hice, pero a mí no me importa porque sé  lo que  significó todo eso para mi vida, es por ello que a todos los que alguna vez fueron a algún evento o presentación que realicé, o que colaboraron con alguna movida solidaria,  les agradezco de todo corazón por haber estado porque para mí fue algo muy valioso.