Graciela Quiñones agradece en esta ocasión al personal médico y de la salud del Hospital Municipal, por la atención dispensada a su madre, quien finalmente pudo recuperarse,  tras dar positivo para Covid-19.

Por la presente quiero expresar mi más profundo reconocimiento a  las autoridades y a todo el personal sanitario (médicos y auxiliares) de ese nosocomio por la atención, tanto profesional como humanitaria que dispensaran a mi madre, señora Teresa Mechoni durante los días que estuvo ingresada en la institución por encontrarse afectada de coronavirus. Hago hincapié en el aspecto humano pues mi madre que,  si Dios así lo quiere cumplirá gloriosos 100 años el próximo 5 de octubre, recibió en todo momento y de parte del personal que la tuvo a su cargo, no sólo la terapéutica necesaria para su afección sino que fue rodeada de notables muestras de afecto y contención. Habiendo estado privada de estar junto a ella en esos difíciles momentos por cuestiones de distancia, agradezco más aún la solicitud demostrada hacia ella así como que,  diariamente y con absoluta contemplación ante mi razonable angustia, me mantuvieran informada de su evolución. Felizmente, mi madre, que ha demostrado a las claras sus ganas de vivir y de, en principio, celebrar su centenario, pudo recuperarse y ha vuelto en estos días a la residencia en donde ella tiene su domicilio habitual y a las manos de la señora Nadia Moreno quien la ayudará a completar su recuperación con el mismo esmero y afecto demostrado durante los últimos años. 

Me importa destacar todo lo previo - el agradecimiento en primer término- pero, al mismo tiempo, deseo que esta nota ponga en evidencia que cuando los profesionales de la salud y quienes presiden las instituciones sanitarias tienen en alta estima su vocación, no importa la edad del paciente ni sus posibilidades de vida. Todos, sin discriminación alguna, ante sus ojos y en sus manos, adquieren el mismo valor y son merecedores del mismo respeto e igual trato. Y esto es lo que mi madre y yo recibimos del personal jerárquico y subalterno del Hospital Municipal Dr. Manuel B. Cabrera.

Es por todos  y cada uno de los aspectos señalados,  que me siento en la obligación de devolver en un agradecimiento público todo lo recibido. En mi nombre y en el de mi madre.

Una vez más, muchas gracias.