“Cuando pase la pandemia, mi idea es volver a jinetear porque es lo que me gusta”
PERFILES
Así lo indicó María Agustina Álvarez, una pringlense amante del campo y de sus costumbres, siendo una de las pocas mujeres jinetes de la zona y en su caso llegó a clasificar en el año 2016 a Jesús María, donde realizó una buena presentación. Vive en el campo, e incluso hace changas junto a su padre cuando hay que trabajar con los animales. "Estoy tan acostumbrada a vivir en el campo, que no se si podría vivir en el pueblo", expresó.
María Agustina Álvarez nació el 20 de julio de 1996 en Coronel Pringles y a diferencia de muchas chicas, ella se crió en el campo y mamó todo lo relacionado con la actividad rural, ya que su padre, toda la vida, se desempeñó dentro de este ámbito. Es así que, no solamente cursó sus estudios primarios y secundarios en establecimientos educativos rurales, sino que creció aprendiendo las labores que se realizan en el campo y ya desde pequeña interactuó con los animales y fue descubriendo que le gustaba subirse y montar a las vacas, a los terneros y más tarde a los caballos y lo que comenzó como un juego, terminó llevándola nada más, ni nada menos que a Jesús María, donde en el año 2016 estuvo presente como jinete en este emblemático festival. Después tuvo familia y se alejó de las jineteadas y cuando iba a producirse su gran regreso en el mes de marzo, durante la celebración de la fiesta del Fortín Tradición y Libertad por el 50º Aniversario de la institución, la pandemia, le opacó esta oportunidad. Es así que ahora espera a que se normalice la situación para poder participar en un par de jineteadas más, antes de despedirse de esta actividad. Mientras tanto, se encuentra en el campo junto a su pareja, a quien le ayuda y de vez en cuando, realiza changas en otro campo con su padre, ya que sabe desenvolverse muy bien en las actividades rurales. Es por ello, que en la entrevista de "Perfiles" de este domingo de "El Diario de Pringles", conoceremos la historia de María Agustina Álvarez, una joven pringlense que es la única jinete de nuestra localidad y una de las pocas de la zona.
-¿Dónde naciste y a qué escuela fuiste?
Nací en Coronel Pringles y me crié en el campo. Me fui al campo "La Serrana", cerca de Sierra de la Ventana, con mis dos hermanas mayores y mis papás. Fui al jardín y unos años de la primaria la hice en la Escuela rural "El Relincho". Después mi viejo se cambió de campo, nos vinimos para la zona de Pontaut, donde terminé la primaria en la Escuela Nº 6, y la secundaria la hice en el CEPT N° 22, donde terminé los estudios.
-¿Cuándo comenzaste a andar a caballo y cuando jineteaste por primera vez?
Empecé a andar a caballo a los 2 o 3 años, junto con mi papá. Siempre desfilábamos con mis hermanas y mi papá para una agrupación de Ventana, pero desde muy chica anduve con el caballo y en todo lo referido al campo. Siempre digo que soy el hijo varón que no pudo tener mi papá, ya que somos 3 hermanas mujeres. A jinetear arranqué en el año 2013, en Coronel Pringles, que me dio la posibilidad Sergio Marino, que fue uno de los pilares que me ayudó a largarme en este deporte, donde no era común por ese entonces ver a mujeres jineteando. En esa ocasión, fue la primera vez que monté un caballo en grupa, en una jineteada que organizó Marino junto a mi abuelo "Quique" Luna, en el 2013. Él me dio una ayuda y hasta donde llegué, lo hice bien. Anteriormente montaba algún ternero o vaca en el campo de mi papá.
-¿En qué jineteadas o domas has participado, ya sea en Pringles, la región o el país?
He ido a montar a Tres Arroyos, Barker, Oriente, y Pontaut. En el año 2015 clasifiqué para ir a Jesús María. En diciembre de 2015 fui a montar a Tres Arroyos y clasifiqué para ir a representar a la provincia de Buenos Aires en Jesús María, en enero de 2016. Después de Jesús María me salieron varias jineteadas, en Oriente, y Barker, donde fue la última vez que monté, porque después quedé embarazada y dejé la actividad. Ahora mi hija cumplió dos años, y tenía todo dado para volver a montar para la fiesta del Fortín Tradición y Libertad, pero se suspendió por la pandemia. Pero cuando pase todo ésto seguro vuelva, porque las ganas siempre están.
-¿Cómo llegaste a Jesús María?
Fui a una clasificación a Tres Arroyos, hicieron una para los varones y una para las mujeres, éramos 7 u 8 chicas y tuve la suerte de clasificar e ir a Jesús María a la jineteada de mujeres.
-¿Que representó para vos poder ir a Jesús María?
Ir a Jesús María fue lo más lindo que me pasó en el ambiente de jineteada. Aparte fui acompañada por toda mi familia, me sentí muy acompañada y cumplí mi sueño. Fue muy lindo, me fue bien, me bajó un caballo, pero fui una de las que brindaron más espectáculo. Dentro de todo me fue bien y pude cumplir mi sueño.
-¿Has sufrido golpes o caídas importantes?
Golpes he tenido con algún caballo, pero golpes fuertes para decir no vuelvo más a subirme a un caballo, no he tenido, por eso hasta el día de hoy sigo diciendo que voy a seguir.
-¿Dónde estás viviendo?
En el campo “La Noria”, donde estamos de puesteros con mi compañero. Cada tanto salgo con él, lo ayudo en la recorrida. En el campo acá estoy más dedicada a mi hija. Cuando sale algún trabajo que mi viejo necesita ayuda, ya sea cambiar un lote de potrero o trabajos en la hacienda para eso siempre me llama, y me paga el día.
-¿Qué clase de trabajos realizás y hace cuánto que estás en el campo?
Siempre estuve trabajando en el campo, toda la vida, desde que nací hasta el día de hoy. Cuando terminé la secundaria, hice changas por día en el campo con mi viejo, después me junté con mi compañero Nicolás y actualmente estamos en el campo “La Noria”, con él y mi hija Mía.
-¿Cómo está compuesta tu familia?
Por mi mamá, mi papá, mis dos hermanas Yamila y Romina, mi compañero Nicolás y mi hija Mía.
-¿Qué es lo que más te gusta de la vida del campo?
Lo mejor del campo es la tranquilidad, la forma de vida, y la crianza que tiene mi hija. Estoy tan acostumbrada a vivir en el campo, que no se si podría vivir en el pueblo. Hoy en día estoy más dedicada a los caballos, con mi compañero tenemos tropillas entabladas, para ir a desfiles o a entreveros de la zona. El día de mañana cuando pase la pandemia, mi idea es volver, aunque sea una o dos veces más, a poder jinetear porque es lo que me gusta y tengo muchas ganas de volver. Ya con mi hija un poquito más grande, mi idea es volver.