¿Cómo surge tu especialidad en la cocina sin gluten?
-Tengo un hijo con problemas con el gluten. No sabíamos qué era lo que tenía. Le agarra broncoespasmo y dermatitis herpetiforme, estuvo muchos años en tratamiento. Desde que tenía 8 meses empezamos a buscarle la vuelta para saber qué tenía, se le hizo muchos estudios y nunca se le sacó el gluten. A los 5 años cuando un día voy a la doctora, ella le consultó al Dr. Pujol, qué se podía hacer y él sugirió sacar todo, e ir agregando de a poco, y donde ingresé gluten a su cuerpo, volvió todo de nuevo, el broncoespasmo, la dermatitis herpetiforme, ahí fue que empecé a incursionar en la cocina sin gluten.
¿Fue un camino difícil, encontrarle la vuelta a esta nueva manera de comer?
-Te aseguró que llore mucho, porque no es lo mismo. Empecé buscando la receta de un pan para elaborarle a mi hijo. En esa época vivía en el campo, hice el pan en Pringles y cuando a la noche llego al campo, estaba tan duro, ni calentándolo, aflojaba y mi nene lloraba porque extrañaba el pan.
Comencé a hacer cursos, siempre estaba incursionando. Ya que el pan no me salía, buscaba otras cosas, elaborar una torta, por ejemplo. También hice pastelitos y cuando mi nene los vio, me preguntaba qué era (risas), me había salido duro, y me dijo; mamá dejá, no me hagas más nada. Él estaba acostumbrado a comer rico y esas cosas eran un desastre.
El médico y el chef con el que realicé los cursos, me dijeron que el día que aceptara la enfermedad de mi hijo, ese día iba a cocinar. Así fue, el día que acepté que esta situación era de por vida, que era mi realidad, que era lo mejor para él, empecé a cocinar. Si bien capacitarme me ayudó mucho, también me hacía falta aceptar la situación. Me decía, ésto me tiene que salir sí o sí, me salían las comidas, pero nada que ver a lo que es hoy en la actualidad. Supe encontrarle la vuelta.
¿Cuánto hace que empezaste a elaborar comidas para celiacos?
-Mi hijo va a cumplir 9 años, hace cuatro años que empecé a incursionar en este tipo de cocina. Pero me puse de lleno el año pasado, cuando ya no me podían mandar productos para elaborar comidas, yo compraba todo en Buenos Aires y me tardó un mes en llegarme el pedido. Compraba en un lugar donde era lo más similar al pan común, tenía todo sabor a rico, pero cuando empezó la pandemia no me llegaba las cosas y mi nene quería comer.
Un día me senté con el chef y le dije, hacemos una videollamada y me enseñas a cocinar. Ahí arranqué con todo y me empezaron a salir las recetas. Empecé a sentir que el pan era pan, era rico y me enamoré de esta cocina.
¿En qué momento te animaste a cocinar para vender?
-Fue a partir de que le di a una amiga, para probar una de mis elaboraciones y ella hizo la promoción. Después de eso, la gente me empezó a conocer y me recomendaban, la mejor promoción es el boca a boca. Hoy tengo un montón de clientes, gracias a Dios. Estoy muy feliz. Me encantaría poder tener mi lugar aunque sé que se necesita mucha plata. Por las dudas ya me capacité, me sigo capacitando, siempre le estoy buscando la vuelta para mejorar. Hice todos los cursos de la Asociación Celiaquía, de rotulación, manipulación de alimentos, etc. Hoy en día solo me falta el dinero para plantar mi negocio.
¿El celiaco puede comer variedad de comidas?
- Los celiacos no sólo tenemos que comer harina. Tenemos que educarnos los celiacos. Tenemos digo, porque en casa tengo todo implementado. No hay gaseosas, no hay jugos, no hay patitas, no hay chizitos, no hay golosinas.
Todos comemos lo mismo que mi hijo porque no puede ingresar el gluten a la casa, porque enseguida reacciona su cuerpo. Para mantener vivo al nene tuvimos que erradicar el gluten de la casa. Era la única forma que él pudiera estar tranquilo, sentarse a la mesa y no correr el riesgo de contaminarse con el gluten porque él lo toca y enseguida reacciona su cuerpo ya que es alérgico, tiene dermatitis y eso mismo que le pasa en su cuerpo, le pasa en sus bronquios por lo que sufre broncoespamo.
¿Qué elaboraciones de la cocina sin tacc tienen mayor demanda en tu caso particular?
-En este momento está saliendo todo. La pasta sale siempre, la prepizza también, porque sale casi igual, no notás la diferencia. En el caso de los pastelitos, una vez que logré hacerlos, los publiqué y hoy en día los elaboro y ni siquiera alcanzo a publicarlos, que se venden. Probé muchas veces hasta que me salió el hojaldre.
Esta semana fui a Bahía Blanca a visitar una Chef, Gloria Judith, y le enseñé a elaborar mis pasteles, porque ella es muy amable conmigo, cuando no hubo goma xántica con logo disponible, ella me prestó y después me vendió. Era un producto que no se conseguía, había sin logo, pero no podés poner en riesgo la salud de las personas. Todo lo que uso tiene logo. Si hay algún ingrediente que no consigo, no hago nada, prefiero eso y no enfermar a nadie. No por querer generar dinero en mi bolsillo, tengo que jugar con la salud de los demás.
¿Qué mensaje le dejarías a la familia de un celíaco?
-Les aconsejaría que aprendan a comer, a que sean conscientes en su alimentación: Los celíacos tienen 480 productos que sí pueden comer y 4 que no, que son: trigo, avena, cebada y centeno. Después podemos comer verduras, frutas, carne, pollo, pescado. Tenemos que tener una alimentación buena, rica, en todos los sentidos, tanto si podemos consumir alguna pasta, algún pan, lo podemos consumir conscientemente, no es que solamente podemos consumir harina.
Además, los celiacos usamos pre mezcla de harina, a base de almidón, maíz, harina de mandioca, harina de arroz, en mi caso leche, también se puede usar harina de garbanzos, de lentejas, hay un montón de harinas que podemos incorporar a nuestra dieta.
No tenemos que ahogarnos en un vaso de agua, diciendo "Ay soy celiaco", como me pasó a mí en su momento con mi hijo. Tenemos muchísimas cosas para comer, tenemos que aprender y ser conscientes de nuestra alimentación.
¿En la actualidad los locales gastronómicos han incorporado al menú, propuestas para los celiacos?
-Acá en Pringles los restaurantes se han puesto las pilas, han incorporado productos, en más me los compran a mí. Estoy feliz porque puedo sumar mi granito de arena y que la comunidad tenga la posibilidad de ir a comer y encontrarse con una hamburguesa, una pasta, etc. Pringles se abrió y me encanta, más allá que a mí me genera un ingreso. Me pasó con mi hijo que íbamos a la playa y querer comprar algo y te decían, para celiacos no tenemos nada, y me iba con mi nene llorando. Está buenísimo que incorporen tanto a los celiacos, como a los diabéticos, tiene que haber comida para todos, para que todos podamos comer en cualquier lugar, siempre y cuando se respeten las condiciones de higiene y de cuidado, porque está la contaminación cruzada.