Silvina Cardoso junto a su nieto Lázaro, cumplió el anhelo de abrir un ropero comunitario, que lleva como nombre "Sil y Laz". El espacio se encuentra en Alem 2131 de nuestra ciudad. 
El roperito empezó a funcionar a finales del mes de marzo y desde entonces, no ha parado de recibir a personas de diversos barrios, quienes se acercan ante la necesidad de ropa, calzado, entre otras cosas. 
En diálogo con "El Diario", Silvina nos contó que en este momento, "estoy atendiendo gente de distintos sectores; Barrio Unido, Barrio Roca, Barrio de la Escuela 30 y ahora se suma Barrio La Calera".
"Recibimos a muchísimas mamás con sus hijos", sostuvo y mencionó que está necesitando ropa de varón de 5 a 12 años, ya que hay mucha demanda.
Tras abrir el ropero, a Silvina se le ocurrió otra idea para responder a la necesidad de las familias que se han acercado al lugar. "Me gustaría conseguir en calidad de donación o de préstamo, una máquina de coser para armar frazadas caseras", contó y añadió, "las podría hacer con sacos y tapados que me vayan donando, pero primero tengo que conseguir la máquina de coser".
Silvina reconoció que en estos días de trabajar en su ropero ha visto mucha necesidad en las familias que la visitan. "Me piden ollas, plato, tenedores, cosas así, es algo increíble", dijo y reveló que incluso ha visitado hogares muy humildes.  "Hay muchas madres solas con niños", agregó. 
Por otro lado, Cardoso agradeció a quienes le han acercado donaciones. "Quiero destacar a muchas personas que me acercan bolsitas con ropa, a la Liga de Madres que me ayudó y a muchas señoras y niñas, como India, que decidió junto a su mami, donar abrigos y buzos para las nenas. También a las madres de mi barrio que juntaron medias y bombachitas para donar".
Y comentó, "entregué 5 ajuares para recién nacidos, completos, con ropita, cobijas e incluso pañales.  Un changuito impecable que lo donó una niña, de buen corazón. También preparé una caja para los abuelos de El Remanso, que los quiero mucho y siempre me acuerdo de ellos". 
De esta manera, la actividad en el ropero comunitario que dirige Silvina Cardoso, no se detiene, mientras tanto ella sigue pensando la manera de seguir tendiéndole una mano a quienes necesitan.