La pandemia por el Covid-19 generó entre otras circunstancias, una crisis económica que se evidencia al momento en el que la gente solicita colaboración en distintos sentidos. En el caso de ropa y calzado, la comunidad tiene a disposición un ropero comunitario que se encuentra en Flesia 1470 y está a cargo de Nilda Bustamante, desde hace unos años.
En diálogo con "El Diario", la referente de este espacio contó de qué manera están trabajando. "La demanda durante estos dos años ha sido impresionante. La gente se siente cómoda viniendo a buscar su ropa, no le pongo límite de cantidad, ni nada, para llevarse. Se llevan lo que necesitan y trato de conseguirle lo que puedo, aunque a veces escapa de mí, por ejemplo, conseguir frazadas o calzados, que en este último caso hay más escasez. Hace dos años atrás la gente traía calzado en buenas condiciones, ahora no recibimos casi, se ve que lo gastan hasta el final", analizó.
Nilda detalló que "hay mucha demanda de calzados y en el barrio hay muchos chicos. También se pide muchísimo, abrigo para camas, acolchados, frazadas, y demás".
Las puertas del ropero comunitario se abren los días martes y viernes, de 15.30 a 17.30 hs. "Pueden ingresar de a 2 o 3 personas, con barbijo, se toman todos los recaudos necesarios por la pandemia, la idea es cuidarme y cuidar a la gente", sostuvo.
La referente contó que recibió el pedido de ayuda para una familia de Indio Rico y que justamente estaba preparando una donación que iba a hacerles llegar una de sus hijas. "Juntamos alimentos también, hay gente con necesidad allá también", reconoció.
Nilda remarcó que en este momento "se nota mucho más la necesidad incluso de alimentos y de leña, hay personas que han venido al ropero y me han contado que lo único que tienen para calefaccionarse es un brasero. Se vive una situación crítica. Al estar en el ropero comunitario, me doy cuenta que hay mucha necesidad porque hay gente que viene a buscar y ves que realmente la necesita, no viene porque le das ropa o porque abrís y los atendés bien", aseguró.
Quienes deseen colaborar con este ropero comunitario, pueden hacerlo dirigiéndose a la sede del mismo. "Todo es bienvenido. Si tienen ganas de colaborar con alimentos, con calzado, acá se entrega todo a la gente porque hay mucha demanda. Hay necesidad de ropa alimentos, abrigo, y la gente viene y se va contenta".
Incluso detalló que "hay demanda de medias, hasta de ropa interior. Es increíble lo que se está viviendo"
"Siempre le digo a mis hijos que me acuesto con una gran satisfacción, cada noche, y duermo tranquila, porque sé que hice algo por mi gente porque me debo a ellos. Esa satisfacción que muestran quienes vienen, de llevarse lo que necesitaban, es lo más lindo. Mientras pueda andar no voy a dejar este roperito, mi gente me necesita. Le pido salud a Dios para poder seguir adelante con este ropero comunitario, mientras pueda", cerró la pringlense.