Lo expresó el pringlense Felipe Flores, quien construyó un cohete a escala. Se trata del Exocet,  que se utilizó en la Guerra de Malvinas y planea realizar el lanzamiento del mismo.  Hace varias semanas lo viene preparando. Anteriormente había construido cohetes de la Nasa a escala,  como fue el caso de Apollo 11, de 2 metros de alto, y el cohete Atlas, entre otros.

Felipe Fernando Flores nació en Coronel Pringles el 24 de marzo de 1978 y desde pequeño tuvo la ilusión de volar. Eso lo llevó a construir un ala delta casero, también voló en paratrike y construyó varios cohetes de la Nasa a escala que presentó ante los pringlenses en diferentes eventos. Su último proyecto se trata de un misil utilizado en la guerra de Malvinas, al cual lanzará en una quinta privada y cuya filmación dará a conocer.  Hace un par de semanas,  realizó la presentación de este  misil en las escalinatas de la Plaza San Martín. Se trata de un misil réplica de los que se utilizaron para la guerra de Malvinas, el Exocet. Un buen número de espectadores aprovechó la noche veraniega para acercarse al espacio público y conocer la nueva creación de Felipe. Además, pudieron realizarle consultas sobre el misil y por supuesto, se tomaron imágenes con el mismo. 

El pringlense hace 8 meses que estaba trabajando en este proyecto. El misil pesa aproximadamente 1 kilo, mide más de 2 metros y lleva una plataforma de propulsión, la que será utilizada para el lanzamiento. El creador estima que el misil,  el día del lanzamiento, recorrerá una distancia de 300 metros.  Ahora, las grandes expectativas están puestas en el lanzamiento del misil, acción que se llevará a cabo en la chacra de Saldivia, donde luego de realizar el mismo, dará a conocer los resultados a través de un video. Es así que en la entrevista de "Perfiles" de este domingo de  "El Diario de Pringles" entrevistamos  a Felipe Flores, quien nos contó sobre su último proyecto y sobre otros que ha llevado adelanto a lo largo de su vida.

Desde chico siempre  tuve el sueño de poder volar y lo  pude cumplir de  grande. Me crié en una familia humilde en el barrio de la estación Roca. Era el "loquito" de la familia,  por estas cuestiones de querer volar. Siempre iba al Aeroclub,  al hangar de Bustos y Lageyre, pero esa imposibilidad de poder volar, me llevó  a que,  a medida que fueron pasando los años,  fuera realizando diferentes eventos relacionados con ésto.  En el año 1982 en la época de Malvinas vi pasar muchos aviones por mi casa y eso me marcó mucho,  ya que nunca me olvidé de esa imagen. Después pasaron los años y terminé la primaria en la Escuela Nº 22, estudié soldador oficial por arco eléctrico. Tanto yo como mis hermanos desde muy chicos tuvimos que salir a trabajar para ganarnos el pan. A los 14 años pedí trabajo y entré  a trabajar de banderillero en el Aeroclub y ya poder estar al lado de los aviones,  para mí  era un gran logro.

Pude concretar mi primer vuelo con Juan Di Paolo,  que fue el que me llevó  a volar por primera vez. Después mi querido amigo Jorge Saralegui,  que ya no está entre nosotros, me compartió un poco de su experiencia y de su pasión por el aeromodelismo y esa fue otra de las cosas que después con el tiempo hice. "Coco" Boccanera también me llevó  a que me metiera de lleno en el aeromodelismo.   Fue así que hice en su momento maquetas de aviones, artesanías y piloteaba aviones a control remoto. Ahí fue surgiendo de a poco, el tema de hacer las réplicas de los cohetes espaciales.  

Siempre me sumé a la realización de eventos solidarios o barrileteadas para incentivar a los chicos a fabricar su propio barrilete y así con el tiempo fue surgiendo lo  demás.  Siempre me gustó ayudar y colaborar con quienes precisaban. Y así fue que observando mucho en internet y leyendo mucho, me interioricé en las características de los cohetes más importantes que lanzó la Nasa y se me ocurrió hacerlos en escala para  exhibirlos ante la gente de Pringles. Entre ellos,  recuerdo el primer  evento que hice con mi hermano Josías que era chico, cuando solté una cápsula con un barrilete en el Boulevard Uruguay y Avenida 25 de Mayo y fue muchísima gente, lo que  me llamó mucho la atención. Ese día me falló la presentación, pero los niños y la gente me apoyaron igual y desde ahí me impulsaron a seguir haciendo cosas. Después fui a visitar a mi hermana,  que en ese entonces vivía en Punta Alta y llevé un ejemplar de "El Diario de Pringles" con la nota que me hicieron de esta presentación y allí me hicieron una nota de Canal 4 y me propusieron  que hiciera el mismo evento en aquella localidad.  Fue así que  lo hice y  salió todo a la perfección y aún estaba mi hijo Felipe con vida acompañándome y eso fue muy importante para mí.  Pasado el tiempo y una vez que falleció mi hijo, dije que tenía que terminar aquello que había comenzado cuando él aún estaba con vida y fue así que hice la réplica del cohete Apolo XIII. Quise hacer una presentación en Pringles,  pero en dicho momento desde el Municipio no me otorgaron permiso. Después hice la réplica del cohete Saturno y ahí sí pude hacerlo con público y recuerdo que la gente de Pringles,  me acompañó nuevamente de gran manera. 

En Pringles se hacían vuelos de Bautismos y yo quería volver a  volar como lo había hecho a los 15 años, pero no se daba la oportunidad y no tenía dinero para dedicarlo a eso, ya que tenía que utilizar el dinero para subsistir. El anhelo de volver a volar,  era algo que vivía día a día en mi pensamiento.  Es así que decidí fabricar algo para poder volar y le comenté esta idea a la familia de mi padre. Me puse a investigar en internet y bajé los planos para hacer un ala delta y recuerdo que en Canal 2 y en  "El Diario de Pringles" me hicieron la nota y al día siguiente realicé  un vuelo para las cámaras, donde lograba impulso,  al ser  tirado con una moto. Después lo hice frente al público y si bien levanté varios metros de altura, no pude mantenerme en vuelo. El ala delta,  lo había hecho con caños de PVC y todo con materiales artesanales y quedé conforme porque pude volar con algo que había construido  en mi casa. Con el hecho de haber podido recorrer varios metros en el aire, para mí fue suficiente.  

Quiero agradecer al piloto instructor Claudio Schumager porque si no fuera por él,  nunca podría haber podido cumplir mi sueño de poder volar.  Actualmente  he realizado más de 50  vuelos en paratrike  y realmente la sensación de libertad que siento cada vez que puedo volar, sobre todo en el sector de las sierras, para mí,  es algo impagable. 

Iba a hacer el cohete de la misión Artemis,  pero me llevaba mucho material. Decidí hacer algo un poco más sencillo y busqué la réplica en internet, en este caso la  del misil Exocet. Siempre busco abaratar los costos.   Hice varias de estas réplicas como un cohete ruso Soyuz, la réplica del Apollo 11, de 2 metros, y el cohete Atlas, que no pude terminar por cuestiones de dinero, pero sí llegué hasta el fuselaje.  Ahora  sellé el  tubo que lleva por dentro el fuselaje,  que es el que aguanta la presión del aire, porque es por aire comprimido. También lleva una proporción de combustible para darle un despegue perfecto y estimo que volará unos 300 metros de distancia. Esperemos que salga bien, por eso tomamos todas las precauciones necesarias para que salga algo lindo y lo hacemos en un espacio privado. Después subiré a las redes sociales el video del lanzamiento.

A los pringlenses no tengo más que agradecerles por el acompañamiento que me brindaron en todo momento, y les pido que tengan un poco de paciencia, yo sé que quieren ver volar este último cohete que construí, pero hay que ajustar detalles, iba a lanzarlo hace una semana atrás y por el viento y una fuga en el tanque de combustible, no pude concretarlo, pero por suerte ya lo solucioné. Este domingo probaré de nuevo si el tiempo acompaña, pero como lo voy a hacer en una quinta privada, filmaré el video y cuando pueda concretar el lanzamiento, lo publicaré para que todos lo puedan ver.